La nueva Ley Orgánica del Poder Judicial de Michoacán marca un cambio histórico en la estructura y funcionamiento del sistema judicial estatal. Aprobada por la Septuagésima Sexta Legislatura con 30 votos a favor, esta legislación sustituye al Consejo del Poder Judicial del Estado por dos nuevos órganos: el Tribunal de Disciplina y el Órgano de Administración Judicial, adaptándose a las necesidades actuales de justicia en la entidad.
Transformación en la estructura judicial
El Poder Judicial de Michoacán ahora estará integrado por:
– Tribunal Superior de Justicia
– Tribunal de Disciplina
– Órgano de Administración Judicial
– Juzgados de Primera Instancia, Menores y Comunales
El Tribunal Superior funcionará en Pleno y en Salas Regionales Colegiadas y Unitarias, con magistrados electos por voto ciudadano de manera regionalizada, lo que fortalece la representación democrática y la legitimidad del órgano[5].
Tribunal de Disciplina: vigilancia y sanción con autonomía
El Tribunal de Disciplina reemplaza al antiguo Consejo del Poder Judicial en materia de vigilancia y disciplina. Su misión es garantizar la independencia, imparcialidad, honestidad e integridad en la impartición de justicia, velando porque jueces y magistrados cumplan con altos estándares éticos y profesionales.
Este tribunal estará compuesto por magistrados independientes y operará en Pleno y Comisiones, asegurando el derecho al doble conforme y el acceso a recursos judiciales efectivos para los juzgadores sujetos a su jurisdicción. Además, contará con dos órganos auxiliares:
– Unidad de investigación de conductas que puedan constituir faltas administrativas
– Unidad de evaluación y seguimiento del desempeño jurisdiccional mediante indicadores cualitativos y cuantitativos
Entre sus facultades, el Tribunal podrá imponer sanciones que van desde amonestaciones hasta la destitución e inhabilitación, garantizando así un sistema judicial más transparente y responsable[1][5].
Mandatos