Desde la tribuna del Congreso de Michoacán, el debate sobre la tipificación de la apología del delito ha cobrado una relevancia inusitada, no solo por la urgencia de frenar la normalización de la violencia, sino por la necesidad de proteger el derecho a la información y la libertad de expresión. Octavio Ocampo, diputado del PRD, ha sido una de las voces más claras en este laberinto legislativo, defendiendo que el verdadero enemigo no es la prensa, sino la glorificación del crimen organizado a través de contenidos como los narcocorridos.
El dilema de la apología del delito y la libertad de expresión
La discusión sobre la apología del delito no es nueva, pero sí cada vez más urgente. En Michoacán, la proliferación de narcocorridos y otros contenidos que ensalzan la vida criminal ha generado preocupación entre legisladores, periodistas y la sociedad civil. Octavio Ocampo ha insistido en que el problema radica en la construcción de una narrativa que romantiza la violencia y el consumo de drogas, especialmente entre los jóvenes, quienes, según el legislador, “se visualizan a través de una canción, como si su futuro fuera ser parte del crimen organizado.”
“El problema no es la prensa, es la glorificación del crimen”, afirmó Ocampo desde la tribuna, subrayando que la libertad de expresión es un pilar fundamental de la democracia, pero que no debe confundirse con la apología de quienes secuestran, asesinan y destruyen el tejido social de Michoacán.
Medios de comunicación y excepción penal: ¿censura o protección?
Uno de los puntos más polémicos de la reforma ha sido la posible criminalización de los medios de comunicación. Ocampo ha sido enfático al pedir que se exceptúe de responsabilidad penal a quienes informan en el legítimo ejercicio de su profesión, atendiendo al derecho a la información consagrado en la Constitución Mexicana.