Ante el panorama actual, donde la sofisticación de los fraudes financieros ha dejado de ser una excepción para convertirse en una constante, la urgencia de blindar el patrimonio de las familias michoacanas se vuelve ineludible. El legislador Alfredo Anaya Orozco, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), ha puesto el dedo en la llaga: México ocupa el lugar 15 a nivel mundial en fraudes con criptomonedas según el FBI, un dato que refleja la magnitud del desafío y la necesidad de actuar con premura.
El auge de los fraudes financieros en Michoacán y México
El incremento de estafas financieras en Michoacán no es un fenómeno aislado. Según el Instituto Belisario Domínguez, en México se registran 15 mil fraudes diarios, muchos de ellos vinculados a esquemas piramidales, trading no regulado y ofertas engañosas en criptomonedas. El 45% de las empresas mexicanas reportaron intentos de fraude en 2024, según KPMG, destacándose el robo de identidad y los conflictos de interés.
Ejemplos recientes como TruCapitals, Inverforx, FX Winin y las cajas populares de la Ciénega de Chapala, San Nicolás de Bari y Marcos Castellanos, demuestran cómo estos delitos afectan a miles de familias, erosionando la confianza ciudadana y dejando secuelas económicas y emocionales profundas.
¿Por qué es urgente reformar el Código Penal de Michoacán?
La legislación actual, aunque contempla figuras como el fraude y la insolvencia fraudulenta, no está diseñada para enfrentar la complejidad de los fraudes financieros modernos. Los delincuentes aprovechan vacíos legales y la falta de tipificación específica para operar con impunidad, disfrazando sus actividades de legalidad y dificultando su persecución.
